La malhadada expedición del general Torrijos
0
Españoles: van a cumplirse siete años que, esperando del
gobierno algún remedio, gime oprimida España: y al cabo de siete años de
gobierno, burlando todas las esperanzas, cada vez más sordo a los consejos de
la razón y la experiencia, cada vez más ciego en su furor de vengarse y de
extirpar toda idea de libertad entre nosotros, no hace más que agravar nuestras
miserias, y parece que aspira solamente a que este hermoso país deje de contarse
en el número de los pueblos civilizados».
Así comenzaba el manifiesto que el general Torrijos llevaba
consigo en 1831, cuando se disponía a lanzar una gran insurrección contra el
gobierno absolutista de Fernando Vil. El levantamiento, sin embargo, no llegó a
prender. Como otros muchos revolucionarios que actuaron entre 1823 y 1833 —la
llamada Década Ominosa—, Torrijos también fracasó, entre la indiferencia de la
mayor parte de la población. Pero su ejecución sumaria, junto a casi cincuenta
compañeros, hizo de él un símbolo de la causa liberal.
La carrera de José Mar fa Torrijos fue característica de los
militantes liberales de La primera mitad del siglo XIX. Tras combatir en la
guerra de la Independencia, Torrijos fue nombrado gobernador militar de Murcia,
Cartagena y Alicante en 1815, bajo la monarquía absoluta restaurada. Pronto se
implicó en conspiraciones libera les contra el gobierno, por lo que fue
arrestado y encarcelado en 1819. Al restablecerse el régimen constitucional en
1820, luchó contra los realistas y en 1823 hizo frente al ejército de los Cien
Mil Hijos de San Luis, que invadió España para restaurar el absolutismo. Tras
la capitulación, Torrijos marchó al exilio, primero a Francia y luego a
Inglaterra, donde se estableció a partir de 1824. Allí vivió con su mujer de
una modesta pensión y de su trabajo como traductor. Pero, sobre todo, conspiró
y soñó con una España liberal.
La revolución francesa de julio de 1830 dio nuevas alas a
los liberales españoles en sus ansias por derrocar el régimen de Fernando VII.
Ante la dificultad de poner en marcha un pronunciamiento desde el interior, los
exiliados confiaban en la estrategia del «rompimiento», es decir, una invasión
desde el exterior quedes- encadenaría una insurrección general. Fue con este
objetivo como se creó en Londres una junta para promover un movimiento
insurreccional en España.
Tanteando el terreno
A principios de septiembre dc 1830, y a instancias de la
junta de Londres, Torrijos desembarcó clandestinamente en el Peñón de
Gibraltar, donde se reunió con otros conspiradores españoles y un puñado de
simpatizantes ingleses dispuestos a dar inicio a la revuelta.
A finales de octubre, Torrijos hizo un primer intento de
rompimiento en Algeciras, que fracasó. En enero de 1831, con un grupo de 30 hombres,
volvió a intentar un asalto sobre La Línea de la Concepción, pero también
fueron rechazados. Estas intentonas, al igual que la del general Manzanares en
San Fernando y Tarifa, igualmente frustrada, sembraron la alarma entre las
autoridades absolutistas, que temían que se estuviera gestando una insurrección
general en Andalucía. Por ello, se desencadenó una represión implacable contra
Los conspiradores liberales, reales o supuestos; entre ellos Mariana Pineda,
ejecutada en mayo de 1831.
Las autoridades absolutistas estaban, pues, muy preocupadas
por la presencia del general Torrijos en el Peñón, y por ello decidieron
preparar una trampa para capturarlo. El cerebro del plan fue el gobernador de
Málaga, Vicente González Moreno. Éste, haciéndose pasar por liberal y bajo el
nombre en clave de Viriato, dirigió una serie de cartas a Torrijos, que era un
viejo conocido suyo, y lo convenció de que si desembarcaba en Málaga tendría el
apoyo de los liberales de la región y de las guarniciones militares de la zona
para llevar a cabo el levantamiento. Algunos compañeros de la junta de Málaga,
conocedores de la situación real del país, trataron de disuadir al general de
su temeraria empresa, pero éste no hizo caso. Estaba convencido de que la
información que le facilitaba Viriato era totalmente veraz.
0 comentarios: